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Tortícolis congénita y la importancia de la postura en el neurodesarrollo


En las próximas líneas vamos a exponer las conclusiones de un estudio realizado por Anna Ohman el al. y publicado en la revista “Developmental Medicine and Child Neurology” en 2009.

Se trata de un artículo compartido por el grupo TMPI (www.terapiamanualpediátrica.es).

La conclusión de este artículo es que la necesidad demostrada de dormir en supino (“boca arriba”) para disminuir el riesgo de muerte súbita ha sido malinterpretada evitándose también la posición prona (“boca abajo”) con el niño despierto, cuando esta posición con el niño despierto NO es un factor de riesgo.

Debemos, por tanto, mejorar la información que damos a los padres para que se den cuenta que es beneficioso hacer el esfuerzo de poner a sus niños en posición prona. Frecuentemente vemos en la clínica que los niños que no son puestos precozmente en esta posición tienen una menor tolerancia a la misma, y quizá los niños con torticolis muscular congénita (TMC) tienen menor tolerancia aún debido a su desequilibrio muscular en el cuello.

En este estudio se buscaba valorar la influencia de la TMC, la plagiocefalia y el tiempo que pasan los bebés en posición prona en el desarrollo motor.

Se compararon 82 niños con TMC y 40 niños sanos, y el desarrollo motor fue evaluado con la Escala Motora para bebés Alberta (AIMS, por sus siglas en inglés).

Los niños con TMC tenían una puntuación menor que los niños sanos a los 2 y 6 meses. Y los niños que pasaban 3-4 momentos del día en posición prona tuvieron puntuaciones significativamente mayores que los que estuvieron menos tiempo a los 2, 6 y 10 meses. El grupo de TMC lograba los hitos más tarde que el grupo control, pero el riesgo de retraso parece estar más fuertemente asociado al mayor o menor tiempo en prono que a la TMC.

Es importante reseñar en este punto que la recomendación actual en bebés es la de dormir en posición supina para disminuir el riesgo de muerte súbita, mientras que las escalas de hitos motores se realizaron cuando la recomendación era dormir en prono. Al hablar de periodos de tiempo en prono se está refiriendo a hacerlo DESPIERTO Y VIGILADO.

Sin embargo, para ambos grupos, TMC y niños sanos, el percentil estaba por debajo del 50 a los 2 meses. Esto pudiera ser porque sólo 1/5 de los niños pasaban al menos 3 momentos al día en prono.

Fleuren et al encontraron que un 75% de los niños holandeses puntuaban por debajo del percentil 50 en la AIMS tras la campaña de “dormir boca arriba”. Una revisión sistemática de 19 artículos muestra que la falta de tiempo en prono está fuertemente relacionada con el retraso en la adquisición de hitos motores, aunque este estudio parece indicar que la TMC aumenta el riesgo. En el presente estudió se insistió a los padres en que sus hijos pasaran tiempos en posición prona despiertos. Sin embargo, el grupo de TMC pasó menos tiempo. Éste fue un hallazgo inesperado, pues los padres de estos niños son fuertemente motivados en los servicios de fisioterapia a hacerlo para disminuir el riesgo de plagiocefalia. Se habría esperado que estos padres estuvieran al menos tan motivados como los del grupo control, puesto que, ya que los estudios confirman un mayor riesgo de retraso, así se elimina al menos un factor de riesgo.

En este estudio sorprende que hay un porcentaje de plagiocefalia en el grupo control mayor de lo esperado previamente. La prevalencia de plagiocefalia desde 1990 (recomendación de “dormir boca arriba”) se ha triplicado en relación a la ausencia de tiempos en prono.

Como conclusión final del estudio, la TMC es un factor de riesgo significativo para el retraso motor a los 10 meses de edad. Sin embargo, el tiempo que el bebé pasa en prono parece ser mucho más importante para reducir dicho riesgo.

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